sábado, 24 de enero de 2009

Seguro que hoy no duermo


Este es un escrito de hoy sábado a lo largo del día. Me apetecía publicar algo en el blog, pero no tenía ni internet ni luz y he tenido que escribirlo, hace ya unas horas, en el ordenador.


Hoy el viento sopla fortísimo. Me ha despertado. Es mejor no salir de casa, pero sueño en que tal vez si salgo pueda llegar volando hasta el lugar que yo quiera. ¿Imagináis que todo fuera tan fácil? No sé, tal vez hubiera estado bien que el ser humano tuviera alas. Aunque sospecho que si pudiéramos ir dónde quisiéramos, ya se nos pondría alguna limitación en los vuelos y espacios aéreos… es el orden de la libertad y la democracia. Aunque si no existieran los Estados, ¿sería todo un caos? ¿Y si la gente fuera del Mundo en vez de un país? Supongo que es una utopía y encima sería imposible establecer leyes, con lo que el mundo viviría en la más absoluta de las anarquías. Sin derechos ni obligaciones, sin nada, sin ese Gran Hermano que nos proteja.

Cuando era pequeña siempre soñaba que volaba, no eran vuelos de altitud, más bien, sólo me llegaba a separar unos pocos metros del suelo y mi manera de volar era de lo más peculiar ya que realizaba el gesto de nadar a braza pero en el aire. Tanto era así, que a veces despertaba y pensaba “¿realmente podré volar?”. Ya se sabe, cuando uno es pequeño se confunden en la imaginación ensoñación y realidad, aunque creo que en el fondo sí era consciente de que no podía hacerlo, ya que nunca intenté tirarme de un balcón o algo así para comprobar la realidad de mis capacidades.

Sigo oyendo el viento y escucho de vez en cuando cómo los cubos de basura ruedan por el suelo y los maceteros se rompen, puede que no sea tan descabellado lo de pensar que puedo salir volando o tal vez, impulsada por el viento, pueda hacer piruetas en el aire.

La luz se fue hace ya más de una hora y escribo con la batería de mi ordenador. Menos mal que es de día porque si no seguro tendría miedo. Al mirar por la ventana veo los estragos del viento: la piscina llena de hojas, las macetas todas rotas, tejas en el suelo y la antena de la televisión ha caído en el jardín. Pequeñas cosas comparado con el incendio que hay en Panorama y según he oído, porque no tengo ni internet ni televisión ahora mismo, han tenido que desalojar muchas casas y la humareda llega hasta Benidorm. El viento hace que sea casi imposible extinguir el fuego y se propaga rápidamente.


Voy a seguir leyendo, que es casi lo único que se puede hacer ahora. Esperemos que el viento amaine y aunque nunca volaré, sin ayuda de un avión, es bonito soñar que sí.

Son las 15:00 y sigo sin luz e internet. El fuego se ha extendido, ha llegado a mi localidad y se ha tenido que desalojar una urbanización. El viento no da tregua a los bomberos.
No sé qué haré esta tarde, da un poco de miedo coger el coche. He ido a recoger un arroz que habíamos encargado para comer y en el restaurante, que está en un pueblo vecino, cocinaban a oscuras con un horno de gas. En la carretera vallas caídas, señales dobladas, árboles partidos...

Se me acaba de ocurrir que el mar debe estar precioso, salvaje, picado y muy azul. Creo que convendría ir a hacerle unas fotos, seguro que es impresionante.
Al menos todavía luce el sol, así que aprovecharé las horas de luz para seguir leyendo. Ya me queda poca batería en el ordenador, voy a apagarlo por si dentro de un rato se me ocurre que quiero escribir algo más.


Son ya casi las once de la noche y ya ha vuelto por fin la luz. No he seguido escribiendo porque a mi hermana, madre y a mi misma, nos ha cogido un ataque de nervios al ver la humareda que había al lado de mi casa. Hemos cogido el coche y nos hemos ido. ¡Qué gran error! La carretera estaba llena de policías, ambulancias, bomberos y muchos muchos coches. Finalmente hemos vuelto a casa para seguir estando a oscuras y ver cómo el incendio se acerca más y más. Ahora ya veo las llamas, lejos, pero las veo. Me da mucho miedo y no creo que pueda dormir tranquila esta noche.