Siempre nos quedará Berlín

Hoy se va una amiga... ayer cuando nos despedíamos nadie pudo contener las lágrimas... Berlín, tal y como lo conozco, ya es es un sueño, un recuerdo, un espejismo. Vuelvo a España el día 23 de agosto, ¡qué poco me queda aquí! Además el tiempo ha cambiado y los días veraniegos han dado paso a un día lluvioso y frío... ¡Quiero ver todavía tantas cosas de Berlín!

Deshaciendo mitos

Para empezar, esperaba que Berghain - Panorama Bar fuera más fuerte. Tal vez si hubiera ido allí sin previo aviso me habría escandalizado, aunque en los tiempos que corren considero que es difícil ya escandalizarse por nada. El lugar está bastante bien, es muy grande y en general si te gusta la música electrónica supuestamente allí es buena, como a mi no me gusta pues no supe saborear las mieles de esta melodía. En el local habían gays, pero no creo que fueran ni mucho menos la mayoría, así que hay de todo...

Lo mejor del sitio es que hay una especie de columpio y que te puedes comer una bola de helado mientras bailas... eso me pareció bastante guay. Lo más conocido y de lo que más se habla: los cuartos oscuros. Lo peor: que no te dejan meter la cámara de fotos con el fin de "salvaguardar la intimidad de las personas que están allí de fiesta", el sablazo de 12 euros para entrar y la cola de una hora y pico que tuvimos que hacer... ¡menos mal que no hacía frío! Esto en invierno no hubiera podido hacerlo

¡El retorno del piercing!

A los 17 años, para desgracia de mis padres, me hice un piercing en el ombligo. Fue motivo de discusiones y, sobre todo, mis padres se sorprendieron muchísimo de que yo me agujereara el cuerpo. Al parecer no parezco de "esas" que se agujerean... ¿pero qué le voy a hacer?

El caso, lo que quería contar es que ahora me voy a Panorama Bar y ¡me he vuelto a colocar el piercing! Ambas cosas, en principio, no tienen relación entre sí, pero tal vez sea el aire de libertad de Berlín, que también en su momento me afectó el de Valencia, el que yo hoy me vuelva a colocar el pendiente y dado que Panorama Bar es todo lo que "supuestamente" representa Berlín y más, ha hecho, sin quererlo yo, que algo vuelga a colgar de mi ombligo.

Conversaciones para siempre

Siempre he hablado por los codos. Desde que era pequeña hasta la actualidad todavía no me he callado... A primera vista pudiera parecer que soy callada, pero cuando cojo confianza con alguien me encanta hablar y me muestro tal y como soy.
Creo que existe poca gente en este mundo con la que yo pueda hablar de todo abiertamente, y cuando conozco a una persona en este sentido, sé que voy a llevarlo por siempre en mi corazón.
Todavía soy joven y espero conocer a mucha más gente que merezca ser conocida... voy a llorar mucho cuando me vaya de Berlín...