sábado, 11 de junio de 2011

Colombia Novena Parte: Último día en Santa Marta

El último día en Santa Marta fue, quizás, el más intenso. Nos pasamos gran parte de la mañana buscando unas estampitas de Santa Marta, porque mi madre quería que le llevara. Caminamos mucho por la ciudad y por la tarde cogimos un taxi camino al aeropuerto. Dado que faltaban dos horas para irnos, le pedimos al taxista que nos llevara a las conocidas playas de "El Rodadero" porque no nos había dado tiempo a ir. Lo que ocurrió fue mejor. El taxista nos hizo de guía turístico durante una hora. Me encantó el paseo. Empezamos conociendo al padre de un futbolista muy muy conocido en Colombia apodado el "Pibe" (no conocía de la existencia de tal futbolista hasta ese día, aunque tiene un monumento, al que también nos llevó). El hombre estaba sentado delante de su casa, una vivienda que parecía humilde, en un barrio que también lo parecía. Me llama la atención la sencillez de la gente y la tranquilidad, sobre todo eso.
Después fuimos hacia una parte alta de la ciudad para ver las vistas de toda Santa Marta. Justo a nuestro lado un barrio muy pobre se alzaba. El taxista nos dijo que no nos preocupáramos pues a pesar de que se trataba de un barrio de Estrato 1, el más bajo, en Santa Marta no existen problemas graves de delincuencia como en el resto del país. La verdad es que se veían los conductos de agua y luz que alimentaban de forma "ilegal" a todo el barrio.

Lo mejor del paseo fueron las playas de Taganga. Preciosas. Simplemente dejo una foto, no hace falta decir más.




















Las playas del Rodadero me decepcionaron. Era un lugar turístico sin más. Parecía Benidorm en el Caribe. Edificios altos, mucha gente, hoteles,...

Por último el aeropuerto de Santa Marta.... Era tal cual me lo había imaginado, incluso mejor. No había estado nunca en un aeropuerto caribeño, pero si hubiera tenido que describir alguno el de Santa Marta seguro se habría parecido mucho. Rodeado de palmeras, al lado del mar, con una pista de aterrizaje y despegue pequeña, totalmente abierto, con ventiladores en el techo,... Hasta el aeropuerto me pareció relajado. Kein Stress!! Ya íbamos de camino a Cali.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

También estuviste en Cali. Seguro que bailaste salsa hasta el amanecer en la ciudad capital de ese estilo musical!!!! que rica tu experiencia en Colombia...

Paqui dijo...

Sí, estuve en la capital de la salsa y no bailé salsa... No hay excusa, es como vivir en Alemania y no beber cerveza o vistar Madrid y no ir al Museo del Prado. Imperdonable.