martes, 3 de mayo de 2011

Colombia Tercera Parte: Cartagena de Indias 1


La primera noche no pude dormir. Hablé horas y horas,... salimos en plena madrugada a pasear. Cartagena dormía. Las calles estaban vacías y la luz tenue de las farolas me hacían descubrir una ciudad maravillosa. Tuve la suerte de alojarme dentro de la ciudad amurallada y la experiencia de caminar por las calles desiertas fue increible, aunque no supe cuanto hasta la mañana siguiente que todo se llenó de gente, trasiego y alboroto. Imaginaba en mi paseo personajes de las novelas de García Márquez, paseando por dónde yo lo hacía. ¡Qué lugar tan maravilloso! Volvimos al hotel a tiempo para tomar el desayuno, por cierto, riquísimo. Jugo de sandía, una tarrina con fruta tropical, un buen café y un sanwich caliente. Un buen desayuno para empezar un día que iba a ser largo.

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