martes, 1 de julio de 2008

Fiesta y desmadre... alemán

Dado que prometí relatar mi festejo en tierras germanas, voy a empezar diciendo que lo que ocurrió tras el partido fue de lo más esperpéntico.
Punto primero, salimos de Casiopea y ¡entonces encontramos a los españoles! Saludamos a conocidos, nos abrazamos, hacemos nuevos amigos por el sentimiento de pertenencia a grupo y por su puesto aparecen nuevas preguntas: ¿Dónde se celebra la victoria?
La opinión estaba dividida, unos aseguraban que en Alexanderplatz, otros decían que la ku' dam... nosotros, por cercanía con nuestras respectivas casas decidimos que vamos a la ku'dam...
Segundo punto, viaje en S-Bahn hasta el zoo... Ya entonces debimos pensar lo que se nos iba a venir encima, pero no nos fijamos en las señales, o tal vez no las quisimos ver. Éramos almas solitarias en vagones abarrotados de alemanes contentos. Una entonces se pregunta ¿por qué están contentos si acaban de perder? Seguimos nuestro camino y llegamos al zoo... La calle llenísima de gente, los coches pasaban pitando y los alemanes gritaban: "Deutschland!!" Otra vez surge la pregunta: ¿Y los españoles? Tal vez están todos en la ku'dam, tal vez... ¡qué ilusos!
Caminamos hasta la ku'dam y tropezamos con una fiesta con música en la calle, oigo decir: ¡cómo mola! Si, molaba mucho pero sólo habían banderas alemanas...
Desesperados buscamos sin sentido algo que nos haga pensar que no somos los únicos españoles en la fiesta y entonces, como si de una señal divina se tratara, divisamos una bandera española y acudimos al encuentro ansiado con el fin de festejar la victoria.
Punto tercero. Este punto se podría llamar reencuentro con las raices. Me explico para que quede claro, nos unimos al grupo de españoles... y uno dice: ¡soy español! y los otros como si hubieras dicho lo más raro del mundo te abrazan, saltan y gritan: ¡yo también! luego ya pasamos a los regionalismos, y con esto me refiero a Clara y a su novio: ¡Soy de Madrid! y los otros dos contestan: ¡qué casualidad nosotros también!... sí que casualidad, en Madrid sólo viven cinco millones de personas, pero claro está que no iba a ser yo la que rompiera ese momento de felicidad y reencuentro con los orígenes.
Cuarto punto, ¡la policía alemana! La policía estaba cuando llegamos, pero simplemente miraba y vigilaba, algo que pienso que es de lo más normal, pero llegó un momento en el que decidieron tirar a la gente de la calle, arrinconarnos y rodearnos... si si como suena.... Empecemos contando, que la fiesta era de lo más sana... la gente gritaba y saltaba, pero estaban tranquilos, no habían peleas ni rencores ni nada. De repente, como salidos entre la niebla, aparecen como 20 furgonetas policiales que nos apartan de la calle y nos rodean... llegan entonces un regimiento de policías, que "acordonan" la zona y se plantan allí tapando los posibles huecos que quedaban entre furgoneta y furgoneta. Tras ver esta escena que aqui os relato, quiero que seais vosotros mismos los que saquéis vuestras conclusiones, porque yo ya tengo las mias...
Punto quinto, la vuelta a casa... Tras el acorralamiento, empecé a pensar en volver a casa... Eran las dos de la mañana y también influyó el hecho de que a la mañana siguiente tenía clase a las 10. He de comentar, que vivo relativamente cerca de la ku'dam, a tan sólo 4 paradas de metro... pero claro el u-bahn a esas horas ya no funcionaba y tuve que coger un autobus nocturno.
Normalmente el transporte en Berlín funciona como la seda y es muy muy puntual... La espera del autobús se me hizo eterna, se retrasó 20 minutos, durante los cuales un tipo se me pegó y no sabía cómo deshacerme de él... así que al final utilicé el truco del movil y llamé a amigos que sabía que todavía estaban despiertos a esas horas de la madrugada...
Llega el autobus, entramos.... el conductor no puede cerrar las puertas porque somos mucha gente... alguien se tiene que bajar, pero nadie hace ademán... nos quedamos allí parados 20 minutos más, hasta que algún que otro grupo de gente empieza a bajarse y podemos empezar el viaje.
Último punto, llegada a casa... este punto no necesita explicación, pues se explica por sí mismo. Sólo cabe añadir que dormí muy bien!!! España esa noche no durmió, pero yo sí y con una gran satisfacción.... ¡España ha ganado!

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